El
Evangelio de San Mateo, el primer libro del Nuevo Testamento, empieza con un
enigma. Después de ofrecer una genealogía de Jesús, que se base siempre en el
principio ‘padre engendró hijo’, pero que termina con: “Jacob engendró a José,
el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo”, dice: “Así que el
total de las generaciones son: desde Abraham hasta David, catorce generaciones;
desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; desde la
deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.
San
Mateo nos empuja a contar esas generaciones. La manera tradicional de dividir
esas generaciones es la siguiente:
1 Abraham David Jeconías *
2 Isaac Salomón Salatiel
3 Jacob Roboam Zorobabel
4 Judá Abiá Abiud
5 Fares Asaf Eliakim
6 Esrom Josafat Azor
7 Aram Joram Sadoq
8 Amindab Ozías Aquim
9 Naassón Joatam Eliud
10
Salomón Acaz Eleazar
11 Booz Ezequías Mattán
12 Obed Manasés Jacob
13 Jesé Amón José
14 David Josías* Jesús
Llama la
atención al separar las generaciones de esta forma, que mientras en la segunda
columna calculamos otra vez la generación de David, no hacemos lo mismo en la
tercera columna con la generación de Josías. Si para calcular las generaciones
entre Abraham y David hemos tenido que incluir tanto la primera como la última,
¿no deberíamos hacer lo mismo al contar las generaciones entre David y la
deportación a Babilonia, y entre la deportación a Babilonia y Jesucristo?
Seguir esta lógica nos da otra división de esas genealogías:
1 Abraham David Josías
2 Isaac Salomón Jeconías
3 Jacob Roboam Salatiel
4 Judá Abiá Zorobabel
5 Fares Asaf Abiud
6 Esrom Josafat Eliakim
7 Aram Joram Azor
8 Amindab Ozías Sadoq
9 Naassón Joatam Aquim
10
Salmón Acaz Eliud
11 Booz Ezequías Eleazar
12 Obed Manasés Mattán
13 Jesé Amón Jacob
14 David Josías José
y Jesús
Vemos
ahora que, según esta nueva división, ya hay 14 generaciones entre la
deportación a Babilonia y José, el esposo de María. Hay asimismo 14
generaciones entre la deportación a Babilonia y Jesús. Esto significa que José
y Jesús pertenecen a la misma generación. ¿Cómo fue posible? Lo sería en el
caso de que Jacob, el padre de José, tuviera primero a José de su mujer, y
luego, cuando José se hizo adulto, a Jesús de la mujer de José. Eso explicaría
por qué esta genealogía se basa en el principio ‘padre engendró a hijo’, pero
al final dice: “Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació
Jesús, llamado Cristo.”
Como
esta hipótesis contradice el dogma de la concepción virginal de Jesús debemos
investigar enseguida si lo que hemos descubierto es realmente lo que el
Evangelio de San Mateo quiere transmitirnos o si es, al contrario, solo una
interpretación equivocada.
Aspectos
en contra de esta nueva hipótesis:
1)
Contradice el dogma más importante del cristianismo.
2) No
está claro cómo debemos dividir esas generaciones
Aspectos
a favor de esta nueva hipótesis:
1) Desde
esta interpretación Jesús es un descendiente de David y de Abraham.
2) Pone
de manifiesto el porqué del enigma en las genealogías de San Mateo.
3) San
Mateo menciona a cuatro mujeres y todas son adúlteras.
4)
Explica por qué San Mateo y San Lucas ofrecen distintas genealogías para Jesús.
5) Según
San Lucas dos antepasados de Jesús tuvieron relaciones con su nuera.
6)
Después de lo descubierto en el Génesis, este secreto no sorprende en absoluto.
El
dogma más importante del cristianismo
El
primer argumento para descartar esta nueva hipótesis es que un Jesucristo
nacido de una relación entre María y su suegro contradice el dogma más
importante del cristianismo. Los cristianos se han acostumbrado durante tantos
siglos a la idea de que Jesús nació de una virgen que la sugerencia de que no
fuera así, sino que fuera del fruto de una relación entre María y su suegro,
les parece fantasiosa y herética. Pero mientras que nacer de una virgen es
científicamente imposible, nacer de una relación entre suegro y nuera sí es
posible. Y mientras que no hay casos comprobados históricamente de una virgen
que diera luz a una criatura, sí los hay de mujeres que dieron a luz a un hijo
nacido de una relación con su suegro.
No
debemos descartar el nacimiento de un niño de una mujer virgen por el simple
hecho de que no haya habido casos que comprueben que esto haya ocurrido en el
pasado. Pero es obviamente más realista suponer que San Mateo intenta
informarnos de que María tuvo a Jesús de su suegro en vez de creer que lo que
sugiere es que lo tuvo siendo virgen.
Los
cristianos suelen ignoran que sólo dos evangelistas –San Mateo y San Lucas– se
refieren a un nacimiento misterioso. Si Jesús nació realmente de una virgen,
¿por qué no mencionan san Marcos y san Juan tal milagro? ¿Y por qué tampoco lo
hace San Pablo cuyos escritos casi forman la mitad del Nuevo Testamento? ¿No
contradice San Pablo la idea de que Jesús nació de una virgen al afirmar:
“nacido del linaje de David según la carne” (Rm1:3)?
Los dos
evangelistas que sí se refieren a un nacimiento misterioso son también los que
ofrecen genealogías de Jesús. Éstas son sumamente enigmáticas. Por un lado,
porque hasta ahora nadie ha explicado de una forma satisfactoria por qué San
Mateo termina su genealogía diciendo: “Jacob engendró a José, el esposo de
María, de la que nació Jesús, llamado Cristo” para luego añadir: “Así que el
total de las generaciones son: desde Abraham hasta David, catorce generaciones;
desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; desde la
deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones.” Y, por otro,
porque tampoco nadie ha explicado de una forma satisfactoria por qué las genealogías
de Jesucristo en San Mateo y San Lucas no coinciden.
Los que
defienden el nacimiento virginal de Jesús pueden objetar que, en el caso de que
Jesucristo naciera de una relación entre María y su suegro, es inexplicable que
San Mateo no lo dijera abiertamente. Pero tampoco menciona abiertamente que
Jesús naciese de una virgen. Sólo se refiere a una profecía sobre una virgen
que, según él, se ha cumplido en Jesús.
San
Mateo se refiere a un versículo en Isaías, uno de los libros del Antiguo
Testamento, y resulta que el texto original en hebreo no menciona ninguna
virgen, sino una mujer joven (Is 7:14). Además, mientras que en el caso de que
Jesús hubiese nacido de una virgen no habría razones para no decirlo, en el
supuesto de que se hubiese producido de una relación entre María y su suegro,
sí que habría buenas razones para ocultarlo. Una de ellas es que en aquellos
tiempos se lapidaba a muerte a los que tuvieran relaciones extramaritales y
otra es que San Mateo hacía proselitismo para la nueva religión de Jesús, y ni
los judíos ni los paganos hubieran hecho mucho caso a un líder religioso que
fuera un bastardo.
Cómo
dividir esas generaciones
La
segunda razón en contra de esta nueva hipótesis es que no está nada claro la
forma en la que debemos contar esas catorce generaciones que, según San Mateo,
hay entre Abraham y David, entre David y la deportación a Babilonia, y entre la
deportación a Babilonia y Jesucristo. Esto es cierto, pero podemos intentar
aclararlo.
Además
de animarnos a contar esas generaciones, San Mateo parece insinuar que cada
catorce generaciones este linaje especial, siempre de padre a hijo, produce a
alguien muy importante. Al empezar su genealogía de Jesucristo a partir de
Abraham, nos anima también a averiguar quién está separado catorce generaciones
con Abraham regresando en el tiempo.
Como la
genealogía de Jesús en San Mateo está basada en el principio ‘padre engendró a
hijo’, podemos completar su lista con la información que encontramos en el
Génesis, ya que allí aparecen genealogías que se basan en la misma idea: unas
que van desde Adán hasta Noé (Gn5:3-32) y otras desde Noé hasta Abraham
(Gn11:10-26).
1 Henoc Abraham David Josías
2 Matusalén Isaac Salomón Jeconías
3 Lámek Jacob Roboam Salatiel
4 Noé Judá Abiá Zorobabel
5 Sem Fares Asaf Abiud
6 Arpaksad Esrom Josafat Eliakim
7 Sélaj Aram Joram Azor
8 Héber Amindab Ozías Sadoq
9 Péleg Naassón Joatam Aquim
10 Reú Salmón Acaz Eliud
11 Serug Booz Ezequías Eleazar
12 Najor Obed Manasés Mattán
13 Téraj Jesé Amón Jacob
14 Abraham David Josías José y Jesús
Regresando
en el tiempo, la persona que está separada catorce generaciones con Abraham es
Henoc, que también es un personaje significativo. El Génesis dice: “Henoc
anduvo con Dios; vivió, después de engendrar a Matusalén, trescientos años, y
engendró hijos e hijas. El total de los días de Henoc fue de trescientos
sesenta y cinco años. Henoc anduvo con Dios, y desapareció porque Dios se lo
llevó”.
Henoc,
Abraham, David, Josías y Jesucristo son todos personajes relevantes: Henoc
anduvo con Dios y Dios se lo llevó cuando tenía trescientos sesenta y cinco
años; Dios ofreció a Abraham una alianza; David fundó un reino fuerte y Dios
dijo que el Mesías sería un descendiente suyo; Josías impuso una reforma
importante y Jesucristo hizo algo similar.
Si para
contar las catorce generaciones entre Henoc y Abraham hemos incluido tanto la
primera como la última, al igual que lo hemos hecho para calcular las
generaciones entre Abraham y David, parece obvio que tenemos que hacer lo mismo
para contar las generaciones entre David y la deportación a Babilonia para
averiguar a qué generación se refiere esa época.
Aunque
en el Antiguo Testamento leemos que la deportación a Babilonia no ocurrió
durante la vida de Josías, San Mateo dice: “Josías engendró a Jeconías y a sus
hermanos cuando la deportación a Babilonia.” Asocia así claramente a Josías con
la deportación a Babilonia. Debemos tomar en cuenta de que San Mateo se refiere
a una deportación a Babilonia y no necesariamente a la gran deportación que
ocurrió más tarde.
Jesús:
un descendiente de David
San
Mateo remonta su genealogía de Jesús hasta David para demostrar que él era el
Mesías. Esto era necesario porque los judíos esperaban del Mesías que fuera un
descendiente del rey David (2SM7:9-17). Pero si este linaje termina con José, y
el hijo de su mujer nació de un ángel, Jesús no tiene nada que ver con estos
personajes ilustres. Remontar el linaje masculino de Jesús hasta el rey David
sólo tiene sentido mientras Jesús forme parte de él, y esto ocurre en el caso
de que Jesús fuera un hijo de Jacob.
Algunos
estudiosos suponen que originalmente el Evangelio de San Mateo dijo: “Jacob
engendró a José, José engendró a Jesús” y que luego lo cambiaron en: “Jacob
engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús” cuando el
cristianismo adoptó la idea de la concepción virginal de Jesús. Pero la
importancia que San Mateo da a las 14 generaciones desde la deportación a
Babilonia hasta Jesucristo, demuestra que no ocurrió así porque, de ser así,
tendríamos 15 generaciones.
Se
supone que la razón principal para incluir la genealogía de Jesús en su
Evangelio, era poner de manifiesto que Jesús era un descendiente del rey David.
Pero si ésta era la única razón para incluir esta genealogía, ¿por qué empieza
con Abraham? Parece obvio que lo hace para crear su enigma. En el caso de
empezar por David, para después señalar que hay 14 generaciones desde David
hasta la deportación a Babilonia y 14 generaciones desde la deportación a
Babilonia hasta Jesucristo, no deberíamos preguntarnos cómo dividir esas
genealogías ya que no habría razones para cuestionar la división tradicional:
David-Josías y Jeconías-Jesús.
El
por qué del enigma en las genealogías de San Mateo
San
Mateo tiene que haber tenido una razón para remarcar al final de su genealogía:
“Así que el total de las generaciones son: desde Abraham hasta David: 14; desde
David hasta la deportación a Babilonia: 14; desde la deportación a Babilonia
hasta Cristo: 14.” ¿Qué aporta esta información? Es obvio que nos anima a
contar esas generaciones y así a averiguar qué generación marca la deportación
a Babilonia y también a buscar qué antepasado esta separado de Abraham catorce
generaciones regresando en el tiempo. Mientras que en el supuesto de que la
división de las autoridades religiosas sea la correcta esta información
resultaría totalmente superflua, porque entonces nos anima a contar estas
generaciones para nada, sí tiene sentido en el caso de haber sido concebido de
una relación extramarital entre María y su suegro, porque entonces encierra un
enigma.
Cuatro
mujeres, y todas adúlteras
En su
genealogía de Jesucristo San Mateo menciona a cuatro mujeres: Tamar, Rajab, Rut
y la mujer que había sido esposa de Urías. Resulta que todas tuvieron
relaciones extramaritales: Rajab era una prostituta (Jos2:1); Rut se acostó con
Booz en secreto (Rt3:4) y Betsabé se acostó con David estando casada con Urías
(2S11:2-5). Pero la mujer que más nos interesa aquí es Tamar porque tuvo de su
suegro Judá a Fares y a Zara (Gn38). Mientras que la mención a estas mujeres no
cuadra con el dogma de un Jesús nacido de una virgen, sí encaja con nuestra
hipótesis de una relación extramarital entre María y su suegro.
Dos
genealogías distintas para Jesucristo
La
hipótesis de que Jesús nació de una relación extramarital explica por qué San
Mateo y San Lucas ofrecen dos genealogías distintas para Jesucristo. Se
diferencian por la simple razón que las relaciones extramaritales hacen que
unos linajes son verdaderos y otros supuestos. El marido de la madre de una
criatura no es siempre el padre. Mientras que San Mateo ofrece la verdadera,
por basarse en el principio ‘padre engendró a hijo’, la de San Lucas ofrece la
supuesta porque empieza con: “era según se creía hijo de”.
Cuando
San Lucas señala que Jesús era, según se creía, hijo de José, hijo de Helí,
hijo de Mattat, etc. no sólo nos informa que la gente creía que Jesús era el
hijo de José sino también que creía que José era el hijo de Helí y éste el hijo
de Mattat, etc. Esto explica por qué San Mateo y San Lucas ofrecen dos padres
distintos para José. El hecho de que, según San Mateo, Jacob engendró a José y,
según San Lucas, se creía que José era hijo de Helí, nos informa que mientras
Jacob era el padre biológico de José; Helí era el marido de la mujer que dió a
luz a José.
Comparando
ambas listas (véase el recuadro) vemos cómo, en varias ocasiones, la genealogía
real en San Mateo y la supuesta en San Lucas se separan para luego volver a
coincidir. ¿Cómo se explica? Pues porque un eslabón incorrecto en un árbol
genealógico (cuando el marido de una mujer no es el padre biológico de su hijo)
hace que a partir de entonces se siga el linaje equivocado. Regresando este
linaje equivocado varias generaciones en el tiempo puede, sin embargo, volver a
coincidir con el linaje real, ya que un hombre puede tener diferentes hijos.
Aunque San Lucas ofrece después de José el linaje de Helí, el marido de su
madre, en vez del linaje de Jacob, su padre biológico, este linaje equivocado
vuelve a unirse con el linaje correcto de José gracias a que Natán (antepasado
de Helí) y Salomón (antepasado de Jacob) eran ambos hijos de David.
Según San Lucas dos antepasados de
Jesús tuvieron relaciones con su nuera.
Cuando
comparamos la genealogía en San Lucas con las genealogías en el Génesis y en
San Mateo descubrimos otros dos antepasados de Jesús que tuvieron una relación
con su nuera, lo que significa que el caso de Jacob y María no debe
sorprendernos tanto. Solo significa que es cierto que la historia se repite.
San
Lucas ofrece una generación adicional entre Noé y Abraham. Mientras que San
Mateo dice: “Arpaksad engendró a Sélaj…”; San Lucas explica: “hijo de Sala,
hijo de Cainam, hijo de Arfaxad”. Como podemos suponer que San Lucas estaba
familiarizado con las genealogías que aparecen en el Génesis, debemos
preguntarnos qué quiere comunicar al incorporar una generación adicional entre
Noé y Abraham.
Al
empezar su genealogía con: “Tenía Jesús, al comenzar, unos treinta años, y era,
según se creía, hijo de José, hijo de Helí…”, San Lucas no sólo dice que se
suponía que Jesús era hijo de José, sino también que José era hijo de Heli,
etc. Mientras que el Génesis afirma que Arpaxad engendró a Sélaj, San Lucas
dice que la gente creía que Sala era hijo de Cainam, y que creía que Cainam era
hijo de Arfaxad. ¿Y a qué se puede deber esto, si no es al hecho de que
Arpaksad (San Mateo y San Lucas escriben a menudo los mismos nombres de una
forma diferente) tuvo primero a su hijo
Cainam,
y luego, cuando este se hizo adulto, a Sélaj (o Sala) de su nuera, o sea, de la
mujer de Cainam?
San
Lucas no solo da una generación adicional entre Henoc y Abraham, sino también
entre Abraham y David. Mientras que, según San Mateo, Esrom engendró a Aram, y Aram
engendró a Admíndab, según San Lucas se creía que Aminadab era hijo de Admín,
hijo de Arní, hijo de Esrom. Parece obvio que Arní y Aram son dos versiones del
mismo nombre, y que esto nos indica que, al igual que Arpaksad engendró a Sélaj
de la mujer de su hijo, Aram engendró a Aminadab de la mujer de Admín. Vemos
así que también San Lucas parece haber sabido quién era el verdadero padre de
Jesús.
Las
genealogías en los evangelios se parecen a las del Génesis
Los
diferentes casos de relaciones extramaritales, de endogamia y de incesto que
hemos descubierto al estudiar las genealogías en el Génesis hacen que no debe
sorprendernos que San Mateo nos indique que Jesús nació de una relación entre
María y su suegro. Las genealogías en el Génesis para Set y Caín tienen mucho
en común con las genealogías para Jesús en los evangelios de San Mateo y San
Lucas: la de Set y la que ofrece San Mateo para Jesús son verdaderas, por
basarse siempre en el principio ‘padre engendró a hijo’, y la de Caín y la que
ofrece San Lucas para Jesús supuestas, por no hacerlo, al empezar el primero
con: “Conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dió a luz a Henoc..” y el
segundo con: “…y era, según e creía, hijo de José, hijo de Helí…”.
Conclusión
Después
de analizar los argumentos en contra y a favor de esta nueva hipótesis sobre el
verdadero padre de Jesús ya no hay duda de que efectivamente el Evangelio de
San Mateo indica que María tuvo a Jesús de su suegro. Sin embargo, lo que dice este evangelio no tiene necesariamente
por qué ser la verdad. Si bien es un libro sagrado, es al mismo tiempo un libro
como todos los demás y, por tanto, lo que dice puede o no ser cierto. Lo que sí
debe quedar claro es que no hay ningún motivo para suponer que lo que hemos
encontrado no es lo que su autor intenta transmitirnos.